En este caso, hay varias cosas que debes tener en cuenta. Primero, considera el público al que te vas a dirigir y su etapa de desarrollo: infancia (menores de 12 años), adolescentes (13 a 17 años), jóvenes (18 a 28 años) o adultos (29 años o más). Una vez que identifiques el público, podrás definir las ayudas pedagógicas necesarias y el lenguaje que vas a utilizar. Esto no significa cambiar las palabras para suavizar el mensaje, como llamar a los genitales por otro nombre. Con los niños y niñas, debes usar un lenguaje más concreto, mientras que con los adolescentes, debido a su mayor madurez socioemocional, es posible abordar la conversación en el contexto de sus planes a futuro y otras situaciones que aún no han experimentado.
Después de esto, define el tema que vas a abordar. La sexualidad es un tema amplio que incluye diferentes aspectos, desde el conocimiento del cuerpo, la relación con él, su cuidado, el sexo, género, orientación sexual, identidad de género e intimidad, hasta la reproducción. Por eso, te recomendamos que, para brindar un buen taller, entiendas de antemano cuáles son las dudas de tu público. Puedes hacer una encuesta previa o tener una conversación con ellos y, a partir de ahí, planear la sesión con diferentes apoyos pedagógicos.