Pregunta
¿Cuál es el ejercicio responsable de la sexualidad?
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Respuesta
Antes de hablar sobre el ejercicio responsable de la sexualidad, es fundamental entender qué significa este término. De acuerdo con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), la sexualidad es un aspecto central del ser humano que está presente a lo largo de su vida. Abarca el conocimiento del cuerpo, la relación que tenemos con este, el sexo biológico, el género, la identidad de género, la orientación sexual, los lazos afectivos, el erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción. No se trata únicamente de las relaciones sexuales, sino de una dimensión humana que influye en cómo sentimos, pensamos y nos relacionamos con los demás.
En este sentido, el ejercicio responsable de la sexualidad implica ser consciente y respetuoso de las consecuencias que nuestras decisiones pueden tener en nuestro proyecto de vida y en el de otras personas. Por lo tanto, algunas recomendaciones clave para vivir una sexualidad plena y responsable incluyen:
- Tener acceso a información precisa y científica, además de ser un derecho, nos permite tomar decisiones informadas, responsables y libres. Por eso, la educación sexual integral se convierte en una herramienta fundamental para conocer y ejercer nuestros derechos sexuales y reproductivos, proporcionando información que se adapta a cada etapa del desarrollo de la persona.
- El ejercicio responsable de la sexualidad también implica reconocer y respetar la diversidad de identidades y orientaciones sexuales, tanto en nosotros mismos como en los demás. El respeto por la individualidad y la no discriminación son esenciales para construir relaciones sanas y respetuosas. Nadie debe ser juzgado o marginado por su identidad o la forma en que vive su sexualidad.
- La comunicación abierta y respetuosa, nos permite tener espacios de diálogo con la pareja sobre las expectativas, deseos y límites que ambos tenemos sobre la relación en general y a su vez fortalece los vínculos de confianza e intimidad, permitiendo que ambas personas se sientan seguras y comprendidas.
- Tenemos derechos a tener relaciones sexuales placenteras y seguras para ambas partes. Esto implica conocer nuestro cuerpo y los estímulos que nos generan placer, así como comunicarnos con nuestra pareja para establecer una dinámica sexual satisfactoria. Adicional a esto, es crucial determinar cómo vamos a protegernos a la hora de tener sexo, es decir, elegir un método anticonceptivo que nos permita decidir en que momento de la vida queremos tener hijos o espaciar el tiempo entre un nacimiento y otro. Así como, buscar formas para protegernos de infecciones de transmisión sexual (ITS) y realizarnos chequeos generales para detectarlas y tratarlas oportunamente.
- Relaciones consensuadas y libres de violencia, es decir, que cualquier práctica sexual que se realice debe contar con el consentimiento libre, explícito, especifico e informado de todas las personas involucradas. En otras palabras, antes de aceptar participar en una actividad sexual, tenemos derecho a saber en qué consiste y los posibles riesgos que implica. Y el hecho de consentir en una ocasión, no significa que siempre será igual; cada decisión puede cambiarse en cualquier momento, y esto debe ser respetado. De lo contrario, se considera abuso sexual.
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