Las diferencias del desarrollo sexual (cromosomas, genitales y las hormonas) innatas de las personas intersexuales, pueden representar un desafío para lograr un embarazo. Sin embargo, es importante que la persona asista a un servicio médico especializado para recibir asesoría sobre su caso particular, además, de las diferentes opciones para preservar su fertilidad o sobre las diversas alternativas de paternidad.
Es un derecho fundamental de la persona poder desarrollar de forma libre su personalidad, identidad sexual y autonomía. Esto también incluye los derechos reproductivos, como por ejemplo; decidir el tipo de familia que se quiere formar, en que momento y cuantos hijos se quieren tener, por lo que cualquier cirugía o tratamiento que pueda afectar el desarrollo autónomo de la persona, en este caso la fertilidad debe aplazarse hasta que esta pueda dar su consentimiento libre y plenamente informado. (Sentencia T-622/14)