Aunque las disfunciones sexuales pueden tener múltiples causas, tener una dieta desbalanceada puede producir problemas de salud, como por ejemplo la obesidad, la diabetes, niveles altos de colesterol (dislipidemia) y la tensión arterial alta (hipertensión arterial). Los cuales son factores de riesgo que pueden afectar de manera negativa la vida sexual y reproductiva de una persona.
En el caso de los hombres, estas condiciones médicas se han asociado con una mayor probabilidad de experimentar disfunción eréctil, disminución en el deseo sexual. Y en las mujeres pueden ser un factor importante para presentar disfunciones sexuales como la disminución en la lubricación vaginal y en la líbido, dificultad para alcanzar el orgasmo o dolor durante las relaciones sexuales, sobre todo después de la menopausia. Sin embargo, aún falta más investigación desde el punto de vista científico para ampliar la información disponible sobre los efectos de estos problemas de salud sobre la función sexual femenina.
En ese sentido, aunque una alimentación saludable no influye completamente en el desempeño sexual, si es un componente que puede ayudar a mejorar tu salud en general y disminuir factores de riesgo que puedan afectar tu vida sexual a largo plazo. Por eso, además de adoptar otros hábitos saludables como la actividad física, lo ideal es tener una dieta que aporte los nutrientes que tu cuerpo necesita y disminuyas el consumo de alcohol y de alimentos con contenidos altos en azúcar, sal y grasas trans (comidas fritas, horneadas, margarinas, entre otros.). En una cita con nutrición recibirás la orientación necesaria para poder tener una dieta que se ajuste a tus necesidades particulares.