Es la falta de motivación para la actividad sexual, es decir, que se pierde o disminuye el deseo (líbido) para iniciar o participar en actividades de este tipo. Además, esto puede acompañarse de la reducción de pensamientos o fantasías sexuales o la falta de respuesta a las señales eróticas y la estimulación efectiva. Dentro de esta categoría también encontramos la aversión sexual que se relaciona con el rechazo o sensación de malestar (asco) hacia los encuentros sexuales.
Al igual que otras disfunciones sexuales, el bajo o nulo deseo sexual tiene diferentes causas, dentro de las cuales están: los factores hormonales o como síntoma secundario a otras disfunciones sexuales como la disfunción eréctil o eyaculatoria y en el caso de las mujeres dolor por falta de lubricación o la anorgasmia.
También puede ser producido por factores emocionales como la ansiedad, el miedo, la vergüenza, la baja autoestima, una relación de pareja disfuncional y el enojo, siendo esta última una de las principales causas. Los factores sociales como la educación sexual reprimida y restrictiva, concepción negativa y pecaminosa de la sexualidad, falsas creencias o mitos alrededor de la sexualidad, pueden causar un bajo deseo sexual en la persona. Incluso en algunos casos, utilizar métodos anticonceptivos hormonales, pueden ser un factor altamente estresante que puede acelerar, promover o mantener una situación disfuncional a nivel sexual.
Según la causa del problema el tratamiento puede ser distinto, por lo que te recomiendo que consultes a tu servicio de salud para que te hagan la valoración correspondiente y puedas recibir el tratamiento apropiado.