Se define como la alteración persistente o recurrente del placer del orgasmo, asociado con la actividad sexual, es decir, que puedes tardar demasiado en alcanzar un orgasmo, o que estos no se presentan con la frecuencia deseada, incluso puedes no experimentar ninguno (anorgasmia). También puede pasar que tus orgasmos tengan una intensidad disminuida, sean rápidos o prematuros.
Esta, al igual que otras disfunciones sexuales, tiene diferentes causas, por ejemplo, dentro de los factores orgánicos están los problemas hormonales, disminución en la sensibilidad de los genitales, neurológicas, trastornos dolorosos, o relacionado con el uso de algunos medicamentos, entre otras.
Dentro de las causas emocionales para no lograr un orgasmo están: la ansiedad anticipatoria (presión del momento y por lo que puede pasar), mitos, falsas expectativas (creer que es como en las películas), considerar que la vagina es un órgano amenazante, también puede pasar que las personas que no han logrado aceptar su orientación sexual (salir del closet) pueden sentirse poco atraídos (a) y obligados (a) a tener una relación íntima, miedo a la paternidad.