Un orgasmo es una sensación como respuesta a una estimulación placentera y persistente de los genitales. A nivel concreto, se producen por la contracción de los músculos del piso pélvico que, tras acumular tensión, se relajan liberando unas hormonas en el cerebro que se llaman endorfinas y son las encargadas del placer.
Todas las personas sanas que conocen lo que les da placer pueden tener orgasmos. Sin embargo, esto no significa que cada vez que tengas relaciones sexuales o te masturbes los tendrás. Factores psicológicos, emotivos o de salud pueden dificultar la llegada del orgasmo. Sin embargo, es posible y necesario que aprendas a disfrutar de las relaciones sexuales aún cuando éstas no incluyan o terminen con un orgasmo. Se ha demostrado en algunas personas que han sufrido accidentes y han perdido la sensibilidad en los genitales, que igualmente pueden sentir orgasmos a través de la estimulación de otras partes de su cuerpo, o incluso sólo con estimulación mental. Por lo tanto, no todos los orgasmos son por causa de estimulación genital.