El concepto de virginidad es una construcción social que generalmente se asocia con las mujeres y la ruptura de una membrana que se encuentra en la entrada de la vagina que se conoce como el himen. También se asocia con la idea de tener relaciones sexuales por primera vez con otra persona. Sin embargo, estas definiciones tradicionales excluyen otras concepciones que tienen las personas sobre el sexo y además dejan por fuera las diferentes formas que hay de tener relaciones sexuales (oral, vaginal y anal). En ese sentido, este concepto puede variar dependiendo de lo que signifique para ti tener sexo, así como de tus creencias culturales y religiosas.
Por otro lado, una parafilia se refiere a un trastorno de la conducta sexual, en el que las personas tienen un deseo persistente e impulsivo de incluir prácticas poco comunes o utilizar objetos muy específicos para alcanzar la excitación sexual. Estas conductas se consideran problemáticas cuando limitan la vida de las personas que las padecen y afectan el bienestar físico y psicológico de otras personas.
Una vez aclarado lo anterior, podemos hablar de las dos parafilias mencionadas en tu pregunta. La primera es la somnofilia, que se refiere al interés en tener relaciones sexuales con una persona que está durmiendo. Aquí es importante destacar que, más allá del concepto de virginidad, lo crucial es entender que cualquier acto sexual, incluidos besos y caricias, sin el consentimiento libre y explícito de la otra persona, es un delito. En otras palabras, nadie debe aprovechar el estado de inconsciencia e indefensión de otra persona, ya sea porque está dormida, bajo la influencia de alguna sustancia psicoactiva, entre otros motivos, para tener algún tipo de actividad sexual.
Mientras que la objetofilia implica desarrollar una atracción romántica, emocional y sexual por objetos específicos. En conclusión, tú puedes sentir excitación a causa de alguna de estas condiciones (somofilia u objetofilia). Esto puede generar fantasías que utilices para masturbarte, o puedes buscar alguna forma de tener relaciones sexuales que te permitan hacer estas fantasías realidad. En ambos casos, se consideraría que estás en un proceso de exploración sexual.
Ahora, es fundamental recordar que estas dos conductas no deben causarte ningún tipo de preocupación física o emocional ni intervenir en tus relaciones interpersonales y mucho menos causar daño a otras personas. De lo contrario, lo ideal es que busque ayuda de un profesional en psicología que pueda orientarte y brindarte las herramientas necesarias.