Durante muchos años, el concepto de virginidad se ha asociado con la idea de tener relaciones sexuales con otra persona por primera vez y, especialmente, con la creencia de que el himen se rompe durante la penetración vaginal, determinando si una mujer es o no virgen.
Sin embargo, esta es una visión muy limitada de la sexualidad. En primer lugar, el himen puede estirarse o desgarrarse por razones no sexuales, como montar en bicicleta, practicar deporte o usar tampones. En segundo lugar, esta definición deja por fuera otras formas de relación sexual, como las relaciones anales u orales, por lo que el concepto de virginidad puede tener significados distintos para cada persona.
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