En Colombia, la interrupción voluntaria del embarazo es un derecho fundamental de las niñas y las mujeres en tres circunstancias:
Cuando el embarazo pone en peligro la salud o vida de la madre (incluye la salud mental)
Cuando el embrio o feto tiene síndromes o malformaciones incompatibles con la vida
Cuándo el embarazo sea el resultado de una conducta sexual violenta o no consentida debidamente denunciada (violación, incesto). Todas las anteriores deben ser verificadas por un profesional de la salud y si una mujer cumple con una de las tres circunstancias mencionadas tiene derecho a que se le brinde una interrupción voluntaria del embarazo, sin embargo, esto no obliga a ninguna mujer a hacerlo. Las niñas y las mujeres, al igual que los niños y los hombres, tienen derecho a la autonomía y la autodeterminación reproductiva y por eso, deben contar con asesoría en la que se les informe que aún cumpliendo una de las tres causales, pueden optar por seguir con el embarazo y asumir la crianza o elegir la adopción.