La erección comienza con la estimulación mental (pensamientos o fantasías) y/o sensorial del cerebro, el cual envía mensajes al pene a través de los nervios, para que los músculos que contienen los cuerpos cavernosos se relajen, esto permite que el flujo de sangre aumente y llene los espacios del tejido esponjoso que conforma al pene. Luego, el sistema venoso del pene se comprime (cierra) y la sangre queda atrapada generando la erección.
Finalmente, cuando los músculos del pene se contraen, el flujo sanguíneo se detiene y la presión disminuye para dejar salir la sangre atrapada, haciendo que el pene se vuelva flácido (blando).