El sabor del flujo vaginal puede variar dependiendo del momento del ciclo menstrual en el que te encuentres, por ejemplo, durante o después de la menstruación puede tener un sabor metálico. La orina y el sudor también pueden hacer que tenga un sabor salado y en algunos casos el exceso de sudoración puede hacer que se vuelva agrio. En conclusión, si se presenta un sabor fuerte acompañado de otros síntomas como cambios en la textura, mal olor e irritación, te recomendamos consultar con tu servicio de salud.