Se define como la alteración en una o más fases de la respuesta sexual o como el dolor asociado con la actividad sexual, que es persistente o recurrente. Las disfunciones sexuales se asocian al estrés personal y tienen una duración mínima de 6 meses. Además, puede tener diferentes causas, por ejemplo: biológicas, psicológicas, interpersonales, sociales y/o culturales.