06:00 a. m. 18/03/2022
Usar un método después del nacimiento de un hijo le dará tiempo a tu cuerpo de recuperarse.
Juliana es una joven de 17 años. Tuvo que suspender sus estudios porque nació su bebé hace un año y hasta ahora no le había sido posible volver al colegio pese a tener el apoyo de sus padres.
Durante el parto las cosas no fueron fáciles, tuvo algunas complicaciones porque su bebé nació antes de tiempo. Ella estuvo unos días adicionales hospitalizada y su hija pasó casi dos meses en el hospital, luego tuvo que darle muchos cuidados adicionales en comparación a un bebé que nace a tiempo, por ejemplo tuvo que tenerla todo el tiempo en posición canguro, y aunque algunas veces su novio Fernando le ayudaba, él le impedía separarse del bebé.
En el tiempo que estuvo hospitalizada, una enfermera le dio una asesoría en anticoncepción. Al inicio ella estaba un poco confundida, incómoda por la lactancia materna y preocupada por su hija Sara, además, sentía mucho dolor. ¿Cómo era posible que le hablaran de relaciones sexuales? Sin embargo, la enfermera le explicó que era muy importante iniciar un método anticonceptivo lo antes posible y continuar las medidas para evitar las infecciones de transmisión sexual, dado que por ejemplo el VIH puede ser transmitido por la leche materna a su bebé.
Ella decidió utilizar como método anticonceptivo un método inyectable que podía utilizar en el período de lactancia materna. Pese a que ya pasó un año, su bebé está en buenas condiciones y recibe todo el apoyo en su hogar, la relación con Fernando no ha ido muy bien. Los dos se sienten agobiados por las nuevas responsabilidades que trae consigo la crianza de Sara.
Fernando está distante y Juliana siente que los cambios en su cuerpo a causa del embarazo, la falta de sueño y todas las cosas que debe hacer diariamente, hacen que ella no sea atractiva para su pareja.
De otra parte, Juliana solo utilizó una inyección trimestral. Una mamá, que también tenía a su bebé en el hospital, le dijo algunas cosas que le hicieron dudar. Le dijo que la inyección puede causarle esterilidad permanente y que mientras esté produciendo leche materna no se producirá un embarazo. Adicionalmente, entre tantas actividades que debe realizar, lo pospuso y luego lo olvidó.
Juliana y Fernando han continuado su relación y acordaron que buscarían pasar algún tiempo juntos. Aunque algunas veces han tenido relaciones sexuales, no han utilizado ningún método anticonceptivo ni siquiera condón. Hoy en la mañana, mientras amamantaba a Sara, ha estado un poco pensativa. Hace 15 días debía tener su período menstrual y, como ha tenido tantas cosas en mente, no había notado su ausencia. Luego de dormir a su hija, estuvo leyendo en internet sobre la posibilidad de tener un nuevo embarazo.
Con sorpresa encontró un término que no conocía: embarazo subsecuente. “El 20% de las adolescentes tienen su segundo embarazo entre los 7 y 14 meses posteriores al parto y el 33% lo tiene entre los 14 y 24 meses”, (Unicef 2016). Llamó a su amiga Laura y le contó lo que sucedía. Acordaron ir al centro de atención en salud de Juliana para recibir una asesoría en anticoncepción y además salir de la duda sobre si está embarazada.
Durante la atención, le hicieron una prueba de embarazo y felizmente no está embarazada; sin embargo toda la situación le hizo pensar en que no desea tener otro embarazo por lo menos en unos años y esto a su vez la hizo elegir un método de larga duración que no deba recordar aplicarse o tomar, siente que tiene muchas cosas en que ocuparse y puede olvidarlo fácilmente.
Luego de asistir a la asesoría, Juliana va a su casa más tranquila pues, dentro de las opciones de métodos anticonceptivos que puede utilizar, escogió un método que cumple con sus expectativas y mañana deberá ir para hacer la inserción.
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