11:17 p. m. 21/03/2022
Santiago es un chico de 13 años que cursa séptimo grado. Es un poco tímido, aunque cuenta con muy buenos amigos, como lo son Manuel y Cristian.
Para Santiago, adaptarse al colegio ha resultado un poco difícil pues es el que menos edad tiene, además aún va un poco lento en su desarrollo físico y sexual, por lo que es el más bajo del salón.
Esto ha generado que sus compañeros lo molesten, en ocasiones le ponen apodos por ser el “chiqui” del salón. A Santiago no le preocupa tanto el ser el menor o el más bajo, pues con sus padres ha asistido a sus controles médicos y le han explicado que su crecimiento es más lento pero que finalmente va a alcanzar una estatura y un peso normal al finalizar la adolescencia; a él lo que realmente le incomoda es que sus compañeros lo molesten por ello, sobre todo el “combo” de Julián, un grupo de compañeros que tienen 14 y 15 años edad.
Además últimamente las cosas se han puesto cada vez más raras y pesadas para Santiago, pues el combo de Julián, ya no solo lo molesta por ser bajo y delgado, sino que han comenzado a hacer comentarios cada vez más incómodos sobre los genitales y la sexualidad de Santiago, como por ejemplo, cuando le dicen “si eres tan bajito, debes tener un pene chiquito” o cosas por el estilo.
Santiago trata de evitarlos todas las veces que se puede, pero en ocasiones les toca hacer trabajos en grupo o practicar algunos deportes en la clase de educación física. Es así como un día, luego de una práctica de fútbol, Santiago fue al baño y allí fue abordado por Julián y sus amigos, quienes en un primer momento comenzaron a hacer comentarios sobre como Santiago se veía con su uniforme y el sudor luego de jugar. Al ver que Santiago trataba de irse y evitar una discusión con ellos, Julián junto con dos de sus amigos acorralaron a Santiago en uno de los baños, mientras que otro vigilaba la puerta para que nadie pudiera entrar al baño…
Santiago estaba muy angustiado, sabía que la situación se estaba tornando cada vez más tensionante y sentía que no se podría defender, pues ellos eran 3 contra uno. Les dijo que por favor lo dejaran en paz, que se portaran como buenos compañeros y que le dejaran ir. Julián y sus amigos se rieron de las palabras de Santiago y al verlo tan angustiado, decidieron bajarle la pantaloneta y la ropa interior, empezaron a burlarse de sus genitales. Santiago sentía que se iba a morir, estaba avergonzado y sin poder defenderse.
Luego del episodio en el que Santiago fue agredido en el baño, decidió quedarse callado y seguía evitando a Julián y su combo. Se sentía mal, vulnerado y con miedo, preocupado por lo que podría pasarle si volvía a encontrarse a solas con ellos, pero también le costaba pensar en lo difícil que sería decirle a alguien, que tal vez pudiera decir “es que eres cobarde o poco hombre”, “eso no es nada” o cualquier otra cosa por el estilo. Es así como su rendimiento académico empezó a bajar y la orientadora de su colegio le llamó a su oficina.
Comenzó preguntándole si tenía algún problema en casa o con sus compañeros, a lo que Santiago en un primer momento negó, pero luego y sin más excusas, le contó todo lo que había sucedido con Julián y sus amigos. De esta forma fue como Santiago pudo hablar sobre cómo se sentía y recibir el apoyo tanto de su colegio como de su familia, además de prevenir que otras personas pudieran verse afectadas por situaciones similares.